IL RISPARMIO IDRICO

La correcta utilización de los recursos hídricos es un objetivo fundamental al que ya miran numerosas prescripciones de la legislación medioambiental europea y nacional. Ahorro hídrico, reciclaje, re-utilización son palabras clave de una buena estrategia en la gestión de las aguas, junto al tratamiento de los desagües y a la devolución al medioambiente de aguas no contaminadas.

Numerosos son las intervenciones practicables que pueden permitir un fuerte ahorro hídrico y hacia los cuales hay un crecimiento del interés del mundo científico y de las autoridades.

Existen aparatos muy sencillos que permiten ahorrar hasta el 50% del gasto de agua fría y caliente: disminuir de la mitad los gastos de agua permite ahorrar no sólo agua potable sino también el combustible necesario para calentarla, con el consiguiente ahorro energético (y económico) y una disminución de la contaminación del aire y del efecto invernadero.

Estos aparatos, definidos aceleradores del flujo, sustituyen los distribuidores de las duchas y de los grifos. El funcionamiento está basado en el efecto Venturi que permite crear una mezcla aire-agua.

Estos sistemas evitan el depósito de cal, reduciendo los costes de manutención mejorando la presión de los equipos hidro-sanitarios y eliminan la falta de agua caliente en el caso de funcionamiento contemporáneo de más duchas. Además esta instalación no necesita intervenciones técnicas.

También en los aseos es posible reducir los gastos, por cada utilización, desde 12 litros de los sistemas convencionales más difusos hasta los 7 litros de aquellos más evolucionados. Los tipos de cisternas de descarga actualmente disponibles, y los relativos gastos son los siguientes:

• 12 litros: cisterna tradicional.
• 9 litros: antigua cisterna puesta en alto con la que se aprovecha la caída del agua para aumentar la presión y la velocidad (hasta 0,2 atmósferas).
• Doble botón: son cisternas que optimizan los flujos de agua para obtener una mayor velocidad, y pueden dotarse de una válvula de parcialización.

• 7 litros a presión: Para obtener este resultado tenemos que utilizar unos sistemas de desagüe que utilicen la presión de la tubería (o de una bomba) para limpiar con más eficiencia y menos agua. Es intuitivo de hecho que , por ejemplo, una hidrolimpiadora utilice poca agua para lavar los coches gracias a la grande presión con la que trabaja, y, en la misma manera utilizando las 2 atmósfera que de media tienen las tuberías, conseguimos "empujar" con mayor velocidad y por eso con mayor "potencia" del versado, que con la misma agua limpiará mucho más.