REUTILIZACION DE LAS AGUAS RESIDUALES VERTIDAS
Se suele considerar las aguas residuales como una sustancia de la que deshacerse lo más rápidamente posible. Este concepto ha influenciado las técnicas de tratamiento y llevado a concebir soluciones depurativas costosas (grandes redes de alcantarillas en presión y plantas de depuración biológica por fangos activos), con malgasto de energía y escasa reutilización de las sustancias nutritivas del agua tratada. También el reciclaje de los fangos de depuración para la utilización agrícola, a menudo no es posible, por la presencia de sustancias tóxicas. Además, la práctica habitual de los ayuntamientos de no separar los diferentes tipos de aguas residuales no ayuda a una eventual inversión de tendencia: aguas negras cargadas de sustancia orgánica y bacterias, aguas grises fácilmente tratables y aguas de lluvia contaminadas solo al principio (las denominadas "aguas de primera lluvia") son recogidas todas juntas en una única red y no pueden ser tratadas por separado.
La reutilización de las aguas residuales tratadas, por ejemplo para los desagües de los aseos o para actividades de riego, reduce el gasto de agua potable, factor importante en el caso de limitada disponibilidad de agua. De la misma manera, se reducen al principio las aguas residuales que hay que tratar. Las aguas residuales tratadas tienen que satisfacer índices de calidad diferentes respecto a las aguas vertidas en receptores naturales, que varían además según el tipo de reutilización. En el caso de recuperación, por eso, habrá que adaptar el tratamiento a la utilización elegida. Uno de los requisitos básicos para una reutilización segura de las aguas residuales es la calidad higiénico-sanitaria intrínseca satisfactoria.
La reutilización en agricultura, de las aguas utilizadas, es una práctica difusa en muchos países y a menudo recomendada por los organismos internacionales promotores del desarrollo sostenible. Entre los Países que tienen mayor experiencia en este sector hay que recordar los Estados Unidos y el Estado de Israel. Este último ha considerado desde siempre las aguas utilizadas como parte del patrimonio hídrico nacional: ya en el 1970 casi el 10% de potencial hídrico de Israel estaba constituido por las aguas residuales. En los Estados Unidos la reutilización de las aguas residuales se aplica sobre todo en los Estados desérticos del Sur: en particular California y Tejas. Es justo en California donde se aprobaron las primeras leyes que introducían estandares de calidad de las aguas de reutilización, para garantizar que tal reutilización no llevase problemas de carácter sanitario.
Desde hace poco tiempo, y con el avance de la sensibilidad medioambiental en todo el planeta, el tema de la reutilización de las aguas se está difundiendo más: el informe del World Water Council sobre el agua del siglo XXI (WWC 1998) cita explícitamente la reutilización de las aguas residuales como estrategia para promover la utilización de los recursos "no convencionales".
